En los pastos de las Sierras de Urbasa y Andía encontrarás anualmente a unas 40.000 ovejas, vacas, yeguas y cabras de más de 350 explotaciones ganaderas de todo el territorio navarro. Estas sierras han sido pastoreadas desde el Neolítico con prácticas tradicionales que han permitido la conservación de estos pastos de elevada biodiversidad y fertilidad.

El manejo del ganado que se hace aquí es el propio de una ganadería extensiva y de un pastoreo tradicional local y de trashumancia, que hasta no hace tanto llegaba a estos pastos después de varias jornadas desplazándose a través de cañadas desde su lugar de origen.

Además, este sistema tradicional de pastoreo es el responsable de la pervivencia de los ecosistemas naturales que hallarás en los rasos, en esas extensas llanuras de pastizales dispersas por ambas sierras donde el ganado pasta en libertad y tanto nos gusta fotografiar. En ellos hay hábitats de interés comunitario definidos en la Directiva europea Hábitats, cuya conservación es prioritaria, por lo que necesitamos que se mantenga la ganadería extensiva en el Parque Natural.

Cada año vemos cómo aumenta el número de personas que venís con vuestros perros de compañía al Parque y esto está bien. El problema se da cuando esos perros van sueltos. Se están registrando, y cada vez con más frecuencia, ataques y molestias al ganado. Esto ha provocado una situación conflictiva entre visitantes y ganaderos, quienes ven peligrar la pervivencia de su modo de vida por los daños que está sufriendo el ganado.

Estos daños, evidentemente, también afectan a la fauna silvestre, que, al verse perseguida por los perros, se asusta y huye apresuradamente, abandonando en ocasiones a sus crías y corriendo peligro de herirse o matarse por caídas en zona de riscos, simas y cortados.

De acuerdo a la normativa vigente que regula el Parque, las actividades recreativas están supeditadas al respeto, a la protección y a la preservación de los elementos naturales y de la fauna y flora silvestres y a las características del espacio rural. Además, especifica que los perros deberán estar en todo momento controlados por sus propietarios, quienes evitarán que causen molestias a las demás personas, al ganado o a la fauna silvestre. Pero estas normas no han sido suficientes.

Por ello, y para solventar la problemática actual de incompatibilidad de pasear con los perros sueltos en las Sierras de Urbasa y Andía y de llevar a cabo una actividad de pastoreo tradicional sin perjuicio para el ganado, se ha establecido una nueva regulación.

Ana Bretaña de la Torre, directora general de Medio Ambiente, el pasado 12 de junio, dictó la Resolución 73/2024 en la que se prohíbe la presencia de perros de compañía sueltos en los montes de Urbasa y Andía del Parque Natural. Por este motivo, cuando vengas a pasear a estas sierras con tu perro, este deberá ir atado con correa o equivalente y controlado por ti en todo momento. Este gesto permite compatibilizar tu uso recreativo con el ganadero, garantizando que ni el ganado ni la fauna silvestre sufren daños por los perros de compañía en este espacio protegido.