Memoria histórica
Los paisajes que podrás disfrutar en tu visita no siempre han sido escenarios de paz y tranquilidad. Durante la Guerra Civil Española se produjeron una serie de asesinatos mediante fusilamientos, en unos casos, o despeñamiento intencionado de personas arrojadas desde lo alto de los roquedos verticales, en otros.
En aquellos años, el Parque era un territorio conocido exclusivamente por pastores y leñadores. El tránsito de vehículos por las dos carreteras existentes era prácticamente nulo. Por esas dos carreteras, próximas a numerosas simas, trasladaron a las víctimas cuyos cadáveres fueron arrojados a su interior. Se subía de amanecida o ya echada la noche. Y los disparos a esas horas no incitaban a la curiosidad, sino al miedo de quien pudiera estar próximo.
En otros casos, el Balcón de Ubaba, sobre el Nacedero del Urederra, fue trágico escenario donde arrojar a las víctimas que caían desde el precipicio a término de Baquedano, lo que obligaba al concejo local a retirarlos a su costa.
Mediante Acuerdo de Gobierno de Navarra, de 25 de abril de 2019, se declaró la sima Otsaportillo como Lugar de Memoria Histórica de Navarra y se inscribió en el Registro de la Memoria Histórica de Navarra.
De acuerdo con la Ley Foral 29/2018, de 26 de diciembre, de Lugares de la Memoria Histórica de Navarra, estas declaraciones tienen por objeto servir como espacios de transmisión de la memoria y contribuir a promover una cultura de paz y convivencia.
Se tiene constancia de que al menos catorce víctimas vecinas de Altsasu, Ecala, Olazagutia, Urdiain y Ziordia fueron arrojadas a la sima de Otsaportillo por sus ideas políticas, de las que se han recuperado restos de once personas.
Desde el año 1980, cada primer domingo del mes de septiembre, se realiza un pequeño homenaje a las víctimas en la sima que preside una escultura de José Ramón Anda Goikoetxea (Bakaiku; 1949).





